Muchas personas solían
plantear la aparentemente ingenua apreciación: "si el
universo se expande, ¿por qué no lo notamos en las
pequeñas escalas?. ¿Por qué el sistema solar no
aumenta de tamaño con el tiempo?". La única
respuesta que daba un cosmólogo era algo así como que
la expansión sólo se produce a escalas suficientemente
grandes de tal manera que el flujo de Hubble (velocidad de recesión
debido a la expansión) fuera mucho más importante que
las velocidades peculiares de las galaxias debido a la ligazón
gravitatoria en los cúmulos. Pero ese mismo cosmólogo
luego se llevaba la tarea a casa de demostrar realmente que no había
efecto a pequeñas escalas.
Si
interpretamos literalmente el modelo relativista estándar del
Big Bang, no parece haber ninguna razón evidente para que
tengamos que establecer una escala de corte a partir de la cual el
universo está en expansión y por debajo de la cuál
no lo está. El propio alargamiento en la longitud de onda de
la luz que viaja entre una galaxia y otra muy alejada (desplazamiento
al rojo) es la señal inequívoca de los efectos de
la expansión a grandes escalas sobre escalas tan pequeñas
como la que representa la propia longitud de onda de la luz.
¿Existen entonces efectos
medibles a la escala del Sistema Solar?. ¿Hay alguna manera
teórica de calcular estos efectos?. F.
I. Cooperstock, V. Faraoni, D. N. Vollick 1998 hacen una
estimación teórica bastante precisa del efecto que
sobre la órbita de un objeto puede tener la expansión.
Aplicado al sistema Tierra-Sol obtienen que el efecto de la expansión
es 44 órdenes de magnitud más pequeña que las
fuerzas gravitatorias internas del sistema. Aplicado a la órbita
solar en torno al centro galáctico, el efecto es 11 órdenes
de magnitud menor que la propia aceleración debida a efectos
de ligadura gravitatoria. Incluso a escalas gigantescas de un cúmulo
galáctico, el efecto de la expansión es de 7
órdenes de magnitud más pequeño que la propia
aceleración debida a la gravitación interna del propio
cúmulo. Los autores llegan más lejos y hacen una
estimación de el efecto acumulado a lo largo de la existencia
del Sistema Solar sobre la órbita de la Tierra. Este efecto
ha causado una variación del radio de la órbita de una
mera fracción de 10-24.
¿La conclusión?. Los efectos de la
expansión en escalas aún tan grandes como un cúmulo
de galaxias, están lejos de poder ser medidos con la precisión
actual y sus consecuencias dinámicas son insignificantes.
Dominguez y Gaite 2001 hacen un
análisis diferente pero llegando a la misma conclusión:
los efectos de la expansión sobre los sistemas ligados
pequeños se puede ignorar con toda tranquilidad. Ver también
Baker 2000.
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