La galaxia en la que habitamos es un conjunto de unos doscientos mil millones de estrellas más una gran cantidad de gas y polvo que tiene forma de espiral y en la que se distinguen tres componentes básicos: un disco, en el que reside el Sistema Solar, un bulbo central y un halo que rodea a la galaxia entera
Bulbo. Es un esferoide achatado de unas
dimensiones aproximadas de 1 kpc por 6 kpc (kpc = kiloparsec = 1000
parsec = 3260 años luz) densamente poblado por estrellas de población II
-estrellas viejas de color rojizo correspondientes a las primera
generaciones de estrellas formadas en la galaxia y pobres en metales,
recordando que en astrofísica un metal es cualquier elemento químico
distinto del hidrógeno y el helio- y en el que existe probablemente un
agujero negro de varios millones de masas solares.
Disco. Destacan cuatro brazos espirales de 300 pc de espesor y unos 30 kpc de diámetro que contienen básicamente estrellas de población I - jóvenes (entre 1 millón y 10 millones de años de edad), azuladas y de elevada metalicidad - y una componente difusa de gas y polvo. Todo este material (estrellas, gas y polvo) gira alrededor del centro galáctico a unas velocidades del orden de 200-300 km/s, pero no así los brazos espirales que en realidad no son más que ondas de choque de densidad (al estílo de un estampido sónico) que recorren el disco galáctico a una velocidad de unos 30 km/s. Halo. Originalmente el término fue usado para describir la región esférica que rodea al disco a través de la que se mueven los cúmulos globulares (grupos de 10,000 a 1,000,000 de estrellas de población II ) y algunas estrellas individuales. Más recientemente se incluye una región mucho mayor dominada por la influencia gravitacional de la materia oscura, que se piensa envuelve toda la galaxia. La parte brillante del halo tiene un radio del mismo tamaño aproximado que el del disco, unos 30 kpc. |
Estructura de una galaxia espiral típica ©Antares
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Parece ser que la galaxia espira M83 tiene forma y tamaño similares a la de la Vía Láctea |
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Clasificación de las galaxias
La clasificación de las galaxias debida a Hubble (1925) permanece aún hoy en día como las más popular. Dentro de esta clasificación existen dos categorías principales: espirales y elípticas. Pero además se distinguen otros dos tipos: lenticulares e irregulares. La imagen de la derecha muestra esta clasificación y sus diferentes subtipos. |
Morfología de las galaxias según el esquema de Hubble. ©Antares
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Se dividen en diferentes subtipos según su forma y tamaño relativo del bulbo. Básicamente existen espirales ordinarias y barradas. Se caracterizan por la presencia de gran cantidad de gas en el disco, lo que significa una alta formación de estrellas y que están formadas principalmente por estrellas jóvenes de población I. Se suelen encontrar en zonas de baja densidad galáctica.
M100, una espiral ordinaria y NGC1365, una espiral barrada
Clasificadas según su grado de elipticidad, se suelen encontrar desde esféricas (tipo E0) hasta muy achatadas (tipo E7). Presentan una luminosidad uniforme y tienen la misma apariencia que un bulbo sin disco de una galaxia espiral. Las estrellas que las forman son viejas de población II y no contienen prácticamente gas. Suelen ser encontradas en zonas de alta densidad galáctica, principalmente en el centro de los cúmulos ricos.
A pesar de poseer un bulbo y un disco, no presentan brazos espirales. Hay poca o ninguna cantidad de gas y por tanto las estrellas son viejas
Son pequeñas galaxias sin bulbo y con una forma mal definida. Las Nubes de Magallanes son el prototipo de este tipo de galaxias.
Las galaxias se encuentran casi siempre en grupos o largas aglomeraciones denominadas cúmulos. El Grupo Local consiste en nuestra propia galaxia, M31 (Andrómeda) y varias galaxias satélites pequeñas entre las que se encuentran las Nubes de Magallanes.
Cúmulos regulares. Poseen un núcleo central y una estructura esférica bien definida. Son clasificados según su riqueza, esto es, el número de galaxias dentro de un radio de 1,5 Mpc del centro (radio de Abell). Típicamente tienen tamaños del orden 1-10 Mpc y masas del orden de ~ 1014-1016 masas solares. El cúmulo de Coma (ver imagen a continuación) por ejemplo es un cúmulo muy rico con miles de galaxias elípticas dentro del radio de Abell.
Cúmulos irregulares. No tienen un centro bien definido, son del mismo orden de tamaño que los regulares pero mucho más pobres en masa (~ 1012-1014 masas solares). Es cúmulo de Virgo es el ejemplo más cercano de este tipo.
Supercúmulos. Consisten habitualmente en cadenas de poco más de una decena de cúmulos. Nuestro propio Supercúmulo Local está centrado en Virgo y es relativamente pobre, con un radio de unos 15 Mpc. Los mayores supercúmulos, como el asociado con Coma, pueden extenderse sobre unos 100 Mpc de distancia.
Vacíos, estructuras laminares y filamentos. Los surveys de galaxias de desplazamientos al rojo elevados revelan una estructura de pompas de jabón, metafóricamente hablando, con las galaxias básicamente confinadas en estructuras laminares y filamentosas. Los vacíos son la característica observable dominante (ocupando el 90% del espacio) con diámetros típicos de unos 25 Mpc y llegando a monstruos del tipo del vacío de Bootes con un diámetro de algo más de 120 Mpc. También destacan estructuras laminares como la "Gran Muralla" con unas dimensiones del orden de unos 100 Mpc.
Desde la puesta en funcionamiento del telescopio espacial Hubble, disponemos cada vez de más imágenes de galaxias extremadamente lejanas que muestran cómo eran sólo un par de eones (miles de millones de años) después de la Gran Explosión. Una de los misterios más interesantes que han revelado estas imágenes es que las galaxias parecen haberse formado antes de lo predicho en la mayoría de los modelos de formación.
Práctica recomendada en el Observatorio Virtual
Morfología de galaxias en el cúmulo de Virgo: Utilizando las posibilidades de óptica adaptativa del nuevo telescopio de 10 metros, estudiaremos las galaxias del cúmulo de Virgo para determiar su clasificación morfológica según el esquema de Hubble.
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