Las
galaxias (situadas por ejemplo en las intersecciones de los
meridianos y paralelos en la figura) tendrán siempre las
mismas coordenadas en cualquier instante. En ese sentido podemos
afirmar que las galaxias no se mueven y que es el espacio el que se
estira, alejando una galaxia de la otra. Podemos imaginar también
la luz como una cuerda elástica fijada al espacio. A medida
que el universo aumenta de tamaño, la cuerda se estira
aumentando su longitud de onda. La luz que viaja por el universo
aumenta de longitud de onda. Existe lo que denominamos un
desplazamiento al rojo. Adoptemos ahora otro punto de vista. Peguemos un parche al globo que cubra la posición de unas cuantos puntos. Pensemos en un parche que se mantenga fijo y de tal forma que la superficie del globo pueda deslizar por debajo del parche (podríamos conseguirlo pegando el parche sobre un solo punto de la superficie del globo). Dibujemos dos líneas perpendiculares sobre el parche que representen coordenadas de posición. Los puntos del globo se moverían con respecto a esas nuevas coordenadas fijas. En esas coordenadas diremos que las galaxias se alejan unas de otras. Por otro lado, la cuerda elástica que representa a la luz también deslizaría por debajo del parche y diremos que hay un desplazamiento al rojo debido al efecto Doppler producido por el movimiento de la galaxias.
Una nota de precaución. Ambos puntos de vista no son del todo equivalentes. Realmente la equivalencia sólo funciona bien cuando el parche sólo cubre una pequeña fracción de la superficie del globo, de tal forma que podamos despreciar el efecto de la curvatura sobre las líneas coordenadas. En otras palabras, la interpretación del desplazamiento al rojo como efecto Doppler debido al alejamiento de las galaxias sólo es un aproximación para galaxias con pequeños desplazamientos al rojo.
