eclipses de sol y luna
(Este texto pertenece a la Guía del Cielo 2005 editada por Procivel S.L. que amablemente nos han permitido reproducir. Algunas imágenes vienen del Planetario de Madrid)
Los eclipses son fenómenos relativamente poco frecuentes, pero de indudable interés para el observador del cielo. Un eclipse de sol puede describirse como la ocultación gradual del disco solar por la oscura silueta de la Luna cuando ésta, en su movimiento mensual a lo largo del zodiaco, da alcance al Sol cubriéndolo total o parcialmente. En el caso de un eclipse parcial el efecto en la Tierra es casi imperceptible a lo largo de las varias horas de duración, y sólo el uso de filtros especiales que nos permitan mirar al Sol sin riesgo para la vista puede mostrarnos lo que está sucediendo. Únicamente en el caso excepcional de tratarse de un eclipse total el panorama cambia drásticamente en los escasos minutos en que la Luna mantiene completamente tapado al Sol, pues la claridad del día deja paso a un breve crepúsculo en el que incluso aparecen las estrellas más brillantes y los planetas observables a simple vista.
Por su parte, en un eclipse de luna se observa un gradual oscurecimiento de la luna llena a lo largo de varias horas, iniciándose por un extremo y pudiendo afectar al disco completo (eclipse total) o sólo a una parte (eclipse parcial). Los eclipses de luna, a diferencia de los de sol, son fácilmente observables; a simple vista se puede seguir el proceso y apreciar las distintas tonalidades que va adquiriendo nuestro satélite a medida que penetra en la sombra que la propia Tierra proyecta en dirección opuesta al Sol. Esa sombra tiene, a la distancia de la Luna, un diámetro unas tres veces superior al lunar. Debido a la refracción de la luz solar en la atmósfera terrestre, la Luna rara vez llega a oscurecerse por completo, tornándose a menudo a un color rojo mortecino.
Otra ventaja de los eclipses de luna frente a los de sol es que los primeros pueden observarse desde todo un hemisferio terrestre (aquél desde el que se divisa la Luna en el momento del eclipse), en tanto que los de sol afectan a regiones más limitadas. De hecho un eclipse total de sol sólo puede contemplarse desde una franja de varios miles de kilómetros de longitud, pero con una anchura a lo sumo de unos pocos cientos de kilómetros. Esto explica que para un determinado observador situado en un punto concreto de la superficie terrestre la visión de un eclipse total de sol sea un acontecimiento verdaderamente extraordinario.
MATERIAL DIDÁCTICO
Unidad didáctica sobre eclipses, preparada por el Instituto Astrofísico de Canarias (PDF 600 Kb)
Altega - Xestión do Lecer ha preparado en su web un manual didáctico sobre el eclipse.
La Agrupació d'Astronomia d'Alella ha preparado un dossier de actividades escolares (en PowerPoint, 2,33 Mb), descargable en este enlace.
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