Nunca se repetirá lo bastante: ¡cuidado!
Cualquier observación del cielo en direcciones cercanas al Sol es peligros. Muy peligrosa. Y más mirar al Sol de frente. Por supuesto, no te decimos nada que no sepas, que no hayas notado. El próximo 3 de octubre de 2005 la Luna, nuestro satélite, pasa por delante del Sol según lo vemos desde la Tierra. Este eclipse es un fenómeno que sucede SOBRE EL DISCO SOLAR. Así que imagínate. No es seguro mirarlo... salvo que contemos con protecciones adecuadas.
Claro, posiblemente crees que ya te las sabes todas: lo de usar un vidrio de soldador, unas gafas del eclipse del 99, o las del tránsito de Venus del año pasado, que todavía guardas por ahí o esos negativos velados y revelados que decían hace unos años... Pues no: o no siempre. En un eclipse una parte del disco solar es ocultada por la Luna. Pero durante gran parte del fenómeno, una buena porción del disco sigue enviándonos luz: incluso en las zonas donde el eclipse es más central, de manera que durante unos minutos se producirá el eclipse anular, la luz del Sol puede dañarnos irreparablemente nuestros ojos.
Así que el fenómeno, que dura varias horas, da para mucho -demasiado- de mirar al Sol. Y aquí radica la base del peligro: normalmente a nadie se le ocurre quedarse mirando al Sol. Pero durante un eclipse, ¿a que apetece? Pues olvídalo si no andas preparado: las gafas de eclipse y los vidrios adecuados de fundición pueden resultar convenientes para mirarlo, pero no todo el rato, de forma continuada. Conviene tener esto en cuenta y no confiarnos nunca.
Como recomendación general: no mires al Sol. No mires a simple vista sin la protección adecuada. Y si notas la más mínima molestia aun usando esa protección, DEJA INMEDIATAMENTE DE MIRAR. Puede que sea un poco tarde y ya tengas una lesión, así que ándate con cuidado.
Las recomendaciones habituales son obvias:
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El Instituto Nacional de Meteorología realiza diariamente una predicción especial para el eclipse. Se puede consultar en su página web.