Conclusiones: El Big Bang no está en crisis
[índice de contenidos de cosmología]: [resumen][introducción] [el principio cosmológico] [el universo en expansión][El significado de la expansión][La dinámica de la expansión y el problema de la masa oscura][El universo primitivo] [Conclusiones][Poscriptum][Bibliografía]
En la última década ya nos hemos habituado a ver, tanto en los medios de comunicación como en las revistas especializadas, informaciones sobre la crisis del modelo estándar del Big Bang. Estas informaciones suelen confundir el propio modelo del Big Bang con parámetros libres de éste, como puedan ser la constante de Hubble o la densidad media de materia.
La constante de Hubble
Desde
que Hubble en 1929 propusiera una relación
lineal entre el desplazamiento al rojo y la distancia para su
primer estudio de 24 nebulosas
espirales, ésta no ha dejado de confirmarse a medida que se
han ido añadiendo más y más objetos. Esta
relación es menos aproximada a medida que aumenta el
desplazamiento al rojo, como han venido ha mostrar las observaciones
de supernovas tipo Ia. Pero implica una verdadera relación
lineal entre velocidad y distancia que es una mera
definición dentro de un universo
en expansión.
La
constante de Hubble, sin embargo, es otra cuestión. Esta
constante es un parámetro libre de la teoría. Para
aquellos que no entiendan el significado de lo que representa un
parámetro libre en una teoría, la siguiente
ejemplificación pudiera valer. Si alguien ahora descubriera
que la velocidad de la luz es 10 m/s mayor que el valor actual,
¿invalidaría eso la Relatividad
Restringida?. Obviamente no, en principio, puesto que la teoría
afirma que esta velocidad es constante pero no nos da su valor, un
parámetro a medir. Nos podremos plantear todo lo que queramos
sobre los métodos que hemos utilizado para medir esta
velocidad y qué errores de metodología habríamos
cometido. Pero hace falta más que eso para echar abajo toda
una teoría coherente como la Relatividad restringida.
Con la constante de Hubble
estamos en la misma situación. Después de las medidas
del telescopio espacial, pocos astrónomos dudan que la
constante sea menor que unos 50 o mayor que unos 80, situando el
valor más probable
alrededor de 70 . Bien, esto nos deja en apenas unos 10 mil millones
de años para la edad del universo (asumiendo que el tiempo
esté dado según el modelo de
Einstein de-Sitter como 2/(3 H0),
una cantidad de tiempo más bien escasa para la formación
de estructuras que vemos en la actualidad.
Se puede ajustar el modelo perfectamente (mediante la
introducción de la constante cosmológica
) para que estos datos encajen no sin que sea algo forzado en
principio, pero también hay que tener en cuenta que los
métodos de medida de la constante de Hubble (que no es más
que una estimación apropiada de distancias)
están basados en prácticamente todas las disciplinas
astrofísicas, y un error de comprensión que estemos
cometiendo en cualquiera de estas disciplinas podría derribar
todo el edificio metodológico. De hecho la nueva calibración
de distancias llevada a cabo por el satélite
Hipparcos y las nuevas
observaciones que parecen favorecer un modelo con constante
cosmológica con una edad dinámica
del orden de unos 14 mil millones de años (¡puedes
calcularlo tú mism@!), parece haber puesto
fin al conflicto.
Por
último comentar que nadie tiene en consideración que el
rango de valores en los que se mueve
actualmente la constante es (dentro del error observacional), si no
del todo satisfactorio, sí es al menos coherente. Imagine el
lector que estuviéramos todavía discutiendo valores de
200 o aún mayores.
Algunos
problemas con los desplazamientos al rojo.
La interpretación del
desplazamiento al rojo dentro del modelo
estándar se puede describir de manera sencilla como sigue: si
imaginamos una onda electromagnética que parte de una galaxia
lejana y tenemos en cuenta que ésta onda viaja a una velocidad
finita, la de la luz, y que el universo está en expansión,
cuando esta onda alcance al observador el universo será mayor
que cuando abandonó la galaxia emisora. Por tanto, los valles
y crestas de la onda de luz nos llegarán con una frecuencia
menor que la que tenían en el momento de la emisión, es
decir, con una longitud de onda que estará alargada y por
tanto desplazada hacia la zona roja del espectro electromagnético.
Esta interpretación es esencialmente diferente que la habitual
de efecto Doppler (que explican
erróneamente muchos libros de divulgación) aunque
coincide con ésta cuando las distancias consideradas no
corresponden a tiempos del orden de una fracción importante de
la edad del universo. Hay mucha evidencia observacional de que esta
interpretación es esencialmente válida: El fenómeno
de lentes
gravitatorias confirma la existencia de cuásares
de elevado desplazamiento al rojo detrás
de cúmulos de galaxias con un
desplazamiento al rojo menor (Stockton
1978, ApJ, 223, 747) y el valor de la constante de Hubble
deducida por este método es compatible con las medidas de otro
tipo (Falco et
al. 1999 Ap. J. 484, 70);
Todo esto nos está
diciendo que no estamos esencialmente equivocados en la
interpretación de los desplazamiento al rojo y por tanto de la
cinemática básica del Modelo Estándar. Bien es
verdad que existen algunos casos, comentados brillantemente por el
astrónomo Halton Arp (1987. Controversias sobre las
distancias cósmicas y los cuásares. Tusquets. 1992),
que parecen no corresponderse con esta cinemática básica
del modelo. Algunas de estas supuestas asociaciones entre cuásares
de elevado desplazamiento al rojo, con galaxias de bajo
desplazamiento al rojo son bastante llamativas (ver por ejemplo
Stephan's
Quintet). Pero hay que tener en cuenta que estos casos son
excepciones a la regla general y la conexión física
entre los objetos pudiera ser sólo aparente (de hecho parece
ser que utilizando el método de fluctuaciones
en el brillo superficial se puede ver que en el caso del Quinteto
de Stephan una de las galaxias parece estar más resuelta en
estrellas que su compañera lo que indica que estaría
más cercana). Y al menos tenemos cuásares tan luminosos
como 3C273
que se encuentran con mucha seguridad a la distancia indicada por su
desplazamiento al rojo. Así que aplicando el principio de no
multiplicar las hipótesis innecesariamente (navaja
de Occam) podemos concluir que es probable que esta sea la regla
general. Por otro lado, parece ser que Arp ha cometido algunos
errores
en los análisis estadísticos. Otros comentarios de
interés pueden encontrarse en esta
página.
Además,
se ha afirmado durante muchos años la observación de la
existencia de cierta periodicidad en la distribución de los
desplazamientos al rojo (Arp 1987 pag. 26-28, 30-32, 116-117) . Con
los nuevos surveys de quasars, se ha podido demostrar que esto era un
artificio de los surveys muy limitidados de los que se disponía
en ese momento (Hawkins,
Maddox & Merrifield 2002).
Resulta curioso que algunos críticos recientes (p.e. López-Corredoira 2003) sigan utilizando los mismos argumentos sin responder a las críticas de las referencias mencionadas.
Las evidencias rotundas de que vivimos en un universo en expansión pueden hallarse en esta página.
En contra de lo que piensa la mayoría de la gente, el Modelo Estándar del Big Bang no dice absolutamente nada sobre el instante de creación, por decirlo de algún modo, del universo. El modelo nos remonta en el tiempo hasta una fase de alta densidad y temperatura dominada por radiación térmica. No voy a describir aquí con detalle la apasionante historia de descubrimientos que nos llevan a esta conclusión (ver sección anterior), pero la evidencia observacional viene de tres hechos que han sido suficientemente contrastados: las abundancias cósmicas primordiales de los elementos ligeros, la existencia de un fondo de radiación electromagnética correspondiente a una emisión térmica a 2,73 Kelvin y la existencia de tres familias de neutrinos, hecho relacionado con el modo en que se tuvo que llevar a cabo la nucleosíntesis primordial y confirmado en los aceleradores de partículas actuales (ver neutrinos en cosmología).
Los problemas teóricos de remontarnos hasta tiempos muy próximos al origen mismo (cualquier cosa que esto signifique) es un problema de la física fundamental y no del propio Modelo Estándar. Sabemos, por los teoremas de Hawking-Penrose, que el Modelo Estándar tiene una singularidad inicial, pero insisto en que cualquier explicación consistente de lo que esté pasando en ese "instante inicial" está más allá de lo que sabemos en física fundamental. Y cualquier especulación que surja al respecto, no sólo tiene que ser compatible con las observaciones actuales, sino proponer nuevas observaciones que no encajen dentro del Modelo actual para invalidarlo. Un propuesta sugerente para entender los escenarios pre-Big Bang son algunos escenarios inflacionarios, donde el universo tiene que haber pasado por unos primeros estadios de expansión exponencial, nacidos de las Teorías de Gran Unificación. Pero las soluciones a los problemas con la singularidad inicial no parece que estén en el buen camino todavía (sin embargo ver noticia del 28 de abril de 2001 y ¿Qué ocurrió antes del Big Bang?).
Alternativas al Big Bang
El escepticismo es una de las
mejores armas del difícil arte de la astronomía en
general y de la cosmología en particular. Hay que tener en
cuenta que en cosmología estamos usando una lista
relativamente pequeña de observaciones indirectas (aunque en
espectacular aumento en los últimos años) para
extrapolar hasta la gran conclusión de que el universo se
expande desde unas primeras fases de alta densidad y temperatura.
Fred Hoyle, Halton Arp, Hemann Bondi o Jayant Narlikar son los
abanderados del escepticismo frente al modelo del Big Bang, y no hay
que olvidar que han mostrado muchas y buenas observaciones que no
debemos pasar por alto a la hora de pensar lo que estamos haciendo en
cosmología. Pero, como señal el astrónomo P.J.E.
Peebles, estos escépticos siempre olvidan en sus ataques tres
cuestiones fundamentales. Primero, el Modelo Estándar ajusta
perfectamente las observaciones disponibles con gran precisión
(un
ejemplo impresionante). Segundo, hoy en día no existe
ninguna teoría alternativa con alguna posibilidad de sustituir
al Big Bang; El modelo de Estado Estacionario,
la alternativa clásica, ha tenido que cambiar de tal manera a
lo largo del tiempo que, en las últimas versiones, sus
predicciones son difícilmente diferenciables de las del Big
Bang y su estructura es claramente más compleja, con lo que
podemos aplicar sencillamente un corte
de Occam para que el Modelo Estándar siga siendo
preferible. Parece ser sin embargo, que la versión más
elaborada, conocida como Modelo Cuasiestacionario
sigue presentando problemas insalvables. Tercero, que obviamente
existen cuestiones sin resolver, como puede ser el origen y la
formación de las galaxias, pero ninguna que parezca
contradecir el modelo dentro de los presentes niveles de
conocimiento.
Personalmente
añadiría una cuarta observación: el Modelo
Estándar ha servido de telón de fondo para nuestro
avance en la comprensión del universo y de los objetos que
éste contiene desde hace al menos seis década. La
historia de la ciencia nos sugiere que las teorías falsables
como el Big Bang, que son tan exitosas durante tanto tiempo suelen
ser una aproximación útil a la realidad, y cualquier
teoría más completa que esté por venir,
incluirá, con toda seguridad, al Modelo Estándar como
una aproximación. Esta falsabilidad del modelo se puede poner
fácilmente en evidencia si por ejemplo encontráramos en
los nuevos surveys de
galaxias fluctuaciones en densidad mayores que las que permite la
alta isotropía de la radiación de
fondo. O detectando algunos objetos extragalacticos con
fracciones de helio muy diferentes del 24% predicho por los cálculos
de nucleosíntesis primordial. O los astrónomos
podrían descubrir unos nuevos objetos con fuertes
desplazamientos al azul que violaran la cinemática básica
del modelo (ver sin embargo Tamara
M. D. & Lineveaver C.H. & Webb J. K. 2001).
O descubrir un cúmulo estelar con una edad evolutiva de
digamos unos cien mil millones de años que pondría el
valor de la constante de Hubble bien lejos
del rango permitido por las incertidumbres del modelo cosmológico.
Éstas sí serían razones de peso para la
actuación. Las propuestas que tenemos hasta el momento, no es
que sean descabelladas sino que, parafraseando a Pauli, no son lo
suficiente descabelladas para tenerlas siquiera en consideración.
Evidencias de la
existencia de un Big Bang pueden hallarse en esta
página.
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